LA SORIA POR DESCUBRIR

 

Hablar de un territorio, así sin más, suele ser ser un ‘festival’ de tópicos, la mayoría de las veces causados por no haberlo visitado. Pasa en todos los lugares y también en Soria. Nuestra provincia se ha identificado muchas veces como un altiplano cerealista, seguramente porque para muchos es un lugar de paso entre Madrid y la zona del noreste del país. Nada que ver con la realidad. El que se adentra en Soria lo hace en una Península Ibérica en pequeño, con una parte norte verde y montañosa y una sur más acorde con lo que todo el mundo conoce, pero además con mucha variedad en otras zonas. Voy ha hablar de la zona norte, pero no de Pinares y lugares más que conocidos como la Laguna Negra o Urbión. Me refiero al Valle del Razón, o más conocido como El Valle. Se le conoce como la Suiza Soriana, lo que da una idea de su aspecto. Está rodeado de la sierra Cebollera, hasta no hace muchos años con nieve hasta la entrada del verano, y la sierra Carcaña, plagada de robles y hayas. Muchos de los hijos de estos pequeños pueblos emigraron en su día a lugares como Argentina. A bueno seguro echaron de menos la ‘borrachera’ de verdor a finales de la primavera y durante el verano; los espectaculares tonos del otoño, y la sobriedad del invierno. Esta zona antes ganadera se está transformando en un referente turístico. El clima, cada vez más sofocante en buena parte de España durante el verano, ofrece en El Valle un oasis de frescor cuando cae el sol, con temperaturas que se aprecian últimamente más suaves durante el resto del año.

La atracción de nuevos pobladores gracias al paisaje, el clima y la tranquilidad se está convirtiendo en una de las pocas esperanzas de futuro para la zona. No nos engañemos, la despoblacion prácticamente ha herido de muerte a esta comarca, como a casi toda la provincia. Al no tomar medidas en su tiempo, el sector primario tiene un futuro negro. Los pequeños negocios sirven para mantener una vida que muchos la hacen buena parte del año en la capital. El buen estado de las carreteras, las distancias cortas y las comodidades de los hogares favorecen una estancia discontinua que, al menos, evita la despoblación total. En los últimos años, en uno de los pocos efectos positivos de la pandemia, el teletrabajo ha llevado a este medio rural tan necesitado de gente a nuevos pobladores que aunque en un número aún pequeño, han ralentizado el proceso de despoblación. Una mejora de las telecomunicaciones, que ya se está notando, puede suponer una esperanza de futuro para evitar la despoblación. De esta manera, ante el desplome del sector primario y la casi irrelevancia del secundario, ¡quién lo iba a decir!, el turismo, el patrimonio y la naturaleza se vislumbran como la alternativa más potente para salvar a estas zonas de su desaparición.

Todavía queda mucho trabajo por hacer, como crear una infraestructura de turismo y naturaleza que está dando sus primeros pasos. Si no se deja escapar este tren, seguiremos disfrutando de paraísos como El Valle; de lo contrario, un buen día, debido al abandono, y no es el primer caso, terminará siendo pasto de las llamas.

Víctor Manuel García Sanz. Periodista de Onda Cero Soria.

Natural de Sotillo del Rincón. Valle del Razón.


Comentarios

Entradas populares